El periodista tinerfeño José Gregorio González es un reconocido investigador de diversos asuntos relacionados con el mundo del misterio, los enigmas, hechos y fenómenos anómalos que se encuentran en la frontera que separa la ciencia y el conocimiento, de lo teóricamente imposible. Su última aportación es un nuevo libro, “Cómo realizar un viaje astral. Guía paso a paso para explorar nuestra otra dimensión“, editado por Libros Cúpula, en el que explica qué y cómo es este fenómeno.
La obra de González es un monumental y eficiente ejercicio de síntesis que permite al lector hacerse una completa idea de las características del fenómeno, su vinculación con ancestrales creencias, su presencia en las más diversas culturas, las investigaciones realizadas hasta la fecha, y las técnicas más recomendadas para intentar reproducirlo.
¿Qué es un viaje astral, en qué consiste?
Se trata de experiencias en las que quien las vive asegura abandonar su cuerpo físico en una especie de duplicado más sutil, que es capaz de moverse, percibir y sentir de forma amplificada, guardando memoria de todo lo experimentado. Es un fenómeno descrito desde antiguo en las culturas más diversas, que generalmente se produce de forma involuntaria, bien durante estados cercanos al sueño o en procesos traumáticos en los que se está al borde de la muerte. Con la debida práctica, se puede llegar a manejar a voluntad.
¿Cómo se realiza. Qué es lo que se experimenta?
La inmensa mayoría de los episodios de proyección extracorpórea son involuntarios y se viven una única vez, aunque nunca se olvidan. Otras personas, sin embargo, controlan de forma innata o por aprendizaje el fenómeno, mediante técnicas de relajación, visualización y programación. El sujeto puede verse súbitamente flotando sobre su cuerpo, y vencido el miedo inicial, moverse a voluntad, aunque generalmente la experiencia incluye cierto grado de parálisis corporal y una sensación de aceleración interna, de vibración o zumbido que precede al desdoblamiento.
¿Qué tipo de personas pueden hacerlo. Hay un perfil o una actitud mental determinada para ello?
Una de las pocas condiciones para intentarlo es hacerlo cuando gocemos de cierto equilibrio y templanza en nuestras vidas, de manera que no nos veamos distraídos mentalmente por preocupaciones y nuestro estado emocional sea aceptable. De resto solo se necesita practicar de forma constante, ponerle voluntad.
¿Cómo explica el fenómeno del desdoblamiento?
Muchas culturas han descrito esa parte inmaterial del ser humano, y hoy en día la ciencia moderna propone visiones como la de que somos seres con una conciencia no local, es decir, que no se genera ni “habita” en el cerebro. Tal vez seamos bastante más que un cuerpo físico, y eso que somos tenga capacidad para experimentar más allá del cuerpo. Eso es lo que nos sugiere el viaje astral, que además nos habla de transcendencia y espiritualidad, algo que incomoda mucho y suele generar muchos ataques.
¿Qué riesgos entraña este tipo de prácticas. Habla de experiencias cercanas a la muerte?
No hay riesgo en practicarlo, salvo el de aburrirte en el caso de no lograr un éxito a corto plazo. La conexión con las Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM) está en que en ambos casos los sujetos se ven a sí mismos y son capaces de percibir más allá de las limitaciones físicas que concurran, perdiéndose el miedo a la muerte al comprobar que se “existe” fuera del cuerpo. La ECM es más completa, con más fases, pero particularmente es completamente involuntaria, no tienes control, pero el desdoblamiento puedes llegar a dominarlo.
¿Cuál es su vinculación con el mundo de los sueños?
Se supone que todos viajamos en el astral y que lo hacemos cada noche durante el sueño, de forma que algunos sueños serían realmente desdoblamientos. Algunas técnicas recomendadas para conseguir el viaje astral pasan por recordar los sueños y “despertar” dentro de ellos para manejarlos con lucidez, o bien programarnos para interrumpir súbitamente el descanso y descubrirnos en ese estado de proyección.
¿Desde cuándo existen referencias de su existencia?
Es posible que la percepción de trascendencia y de supervivencia tras la muerte haya surgido en el hombre primitivo a partir de experimentar este tipo de fenómenos. Es algo muy plausible sí tenemos en cuenta que nuestros ancestros pudieron vivir estas experiencias y después continuar con su vida, mientras que al mismo tiempo observaron el fenómeno de la muerte. Seguramente unieron ambas cosas.
El viaje astral ha sido descrito en muchas culturas tribales, vemos el fenómeno en el chamanismo y sus equivalentes en todo el planeta, en el Egipto antiguo, en la tradición yóguica…
¿Y cuál es su relación con el tema OVNI?
Bueno, es curioso que una parte de la casuística OVNI, de las sensaciones descritas por los testigos en encuentros cercanos con el fenómeno, se parezcan al viaje astral. Algunos contactados han asegurado viajar a las supuestas naves y planetas de estos seres que está vinculados a una parte del fenómeno OVNI, de forma astral, no física. Hay una conexión aún por investigar.
¿Conoce algún caso cercano?
Por supuesto, muchos. Desde hace años acumulo casos y para el libro realicé mi propia encuesta. Al final, cuando te aproximas con respeto y sincero interés la gente te confía sus experiencias, mucho más abundantes de lo que en un principio puedes pensar. Además, a raíz de la publicación, han surgido muchos más casos de lectores o gente que se acerca a las presentaciones y te comenta sus vivencias.
¿Existe algún estudio reciente sobre este fenómeno?
Andrea M. Smith y Claude Messier, de la Escuela de Psicología de la Universidad de Ottawa, han publicado un estudio en la revista “Frontiers of Human Neurosciencie” en el que describen la lectura cerebral que hicieron de una “viajera del astral” completamente sana a través de Resonancia Magnética Funcional. Lo que observaron en esta sujeto que, voluntariamente afirmaba poder salir de su cuerpo, les desconcertó.
¿Qué descubrieron?
En el laboratorio, mientras estaba monitorizada por fMRI, la sujeto salía de su cuerpo y se observaba flotando en el aire por encima del mismo, moviéndose en diferentes direcciones. Mientras, la resonancia mostraba una desactivación de la corteza visual y una activación de varias áreas cerebrales relacionadas con la imaginería cinestésica, que son las que hacen posible que interactuemos con el mundo, sintamos nuestra presencia en el mismo, pero que también provoca la combinación de sensaciones sensoriales que permite que alguien sea capaz de “ver un sonido o saborear un color”. Esto parece confirmar lo que dicen los viajeros del astral, que describen una amplificación y combinación sensorial. Además, las áreas activadas no eran las mismas que se activan cuando imaginas que te mueves o cuando te mueves. Ese estudio, además, sugiere abiertamente que hay que investigar con mayor profundidad el fenómeno dado que su incidencia puede ser muy significativa entre la población. Es un estudio muy limitado, en el que los autores no tenían interés en saber qué era le viaje astral y sí realmente existía, sino más bien en ver qué sucedía en el cerebro.
Frente a las explicaciones alternativas, esas que hablan de trascendencia y de la realidad del fenómeno, ¿hay otras explicaciones más racionales?
Bueno, el fenómeno, creamos lo que creamos sobre el mismo, existe, es real, está descrito y documentado ampliamente a lo largo de la historia y en la actualidad, Se ha investigado mucho, incluso e
n el ámbito militar, y en el terreno de ciertas escuelas de conocimiento o esotérica, ha dado pie a descripciones muy nutridas de la anatomía sutil del ser humano y de dimensiones y planos que estarían más allá del físico.
n el ámbito militar, y en el terreno de ciertas escuelas de conocimiento o esotérica, ha dado pie a descripciones muy nutridas de la anatomía sutil del ser humano y de dimensiones y planos que estarían más allá del físico.
Ahora bien, dicho esto, la aproximación científica predominante tiende a situar el fenómeno en el plano de los trastornos, de síndromes, confusiones, etc. No se admite que exista tal y cómo lo describen y experimentan quienes lo viven. Hablan de alucinaciones, de errores cerebrales a la hora de procesar estímulos sensoriales e información, de parálisis del sueño, epilepsia, falta de oxígeno….de muchas cosas menos de trascendencia, de la posibilidad de una conciencia no local, etc. La única manera de tenerlo claro es investigar de verdad, tanto en laboratorio y sin prejuicios, como en la esfera personal.