Cuando estamos sumergidos en la polémica sobre cuáles son las nuevas maravillas del mundo seguimos sin responder a muchas de las preguntas planteadas por sus antecesoras en la Antigüedad De ellas solamente quedan en pie las pirámides de Egipto: millones de bloques de piedra colocados con absoluta precisión hace miles de años y orientados de forma milimétrica a ciertas estrellas solsticios o equinoccios Quién las levantó y sobre todo cómo son quizá las grandes preguntas sin respuesta de la arqueología.
No son sofisticadas masas de acero y cristal. Tampoco aportan un diseño original a la historia de la arquitectura. Pero nos han acompañado casi desde el comienzo de los tiempos. No en vano un proverbio árabe dice que el hombre teme al tiempo, pero el tiempo teme a las pirámides... las pirámides de Egipto, en la Meseta de Giza. La originalidad de estos monumentos, especialmente de la Gran Pirámide, levantada por Keops en la IV Dinastía, hacia el año 2500 a.C., reside en que todavía hoy desconocemos absolutamente todo sobre cómo fueron construidos. En ningún otro lugar del mundo existe un monumento que suscite la fascinación del viajero de una forma tan viva. El paso del tiempo –tienen casi 4.500 años– ha cubierto con un denso velo de misterio la respuesta a una pregunta que ya se plantearon los primeros viajeros en la Antigüedad: ¿cómo se construyeron las pirámides?
Teorías sobre su construcción:
Existen numerosas teorías, meramente especulativas, sobre el método de construcción de las pirámides egipcias, pero los especialistas no se ponen de acuerdo en numerosos puntos, debido a la total ausencia de documentos, de esas épocas, que describan el proceso seguido para edificarlas. Algunas de estas teorías son:
Heródoto; primera hipótesis
La Gran Pirámide tenía originalmente 146,59 m de altura y 230 de lado. Se calcula que para edificarla se emplearon 2,5 millones de bloques de piedra de un peso comprendido entre las 2 y las 3 toneladas de la mayoría de ellos hasta las 50 toneladas de los bloques de granito que recubren la Cámara del Rey, situada en el corazón de la pirámide. Con estas cifras no es extraño que desde un principio ya se plantearan preguntas sobre sus métodos de construcción. El historiador griego Heródoto, que visitó Egipto en el siglo V a.C., fue quien avanzó la primera teoría sobre la construcción de la Gran Pirámide. En su Historia nos cuenta que 100.000 personas emplearon diez años en preparar la calzada por la que se arrastraron las piedras y veinte más en erigir la pirámide propiamente dicha. Tras ello, matiza: “Esta pirámide se construyó sobre la colina en una sucesión de gradas (...); después de darle esta primera estructura, fueron izando los restantes sillares mediante máquinas formadas por maderos cortos, subiéndolos desde el suelo hasta la primera hilada de gradas; y, una vez izado el sillar al primer rellano, lo colocaban en otra máquina allí instalada y, desde la primera hilada, lo subían a la segunda y lo colocaban en otra máquina; pues el caso es que había tantas máquinas como hiladas de gradas, a no ser que trasladasen la misma máquina –que, en este caso, sería una sola y fácilmente transportable– a cada hilada una vez descargado el sillar (...). Sea como fuere, lo primero que se terminó fue la zona superior de la pirámide; luego ultimaron las partes inmediatamente inferiores y, finalmente, remataron las contiguas al suelo, es decir, las más bajas”.
Heródoto fue quizá el primer occidental que intentó resolver el enigma sobre este monumento. Pero, a pesar de su relativa cercanía en el tiempo, la teoría que le transmitieron los sacerdotes de Menfis carece de consistencia y tiene infinidad de lagunas. No es extraño, pues, que los egiptólogos la hayan desestimado prácticamente en su totalidad y hayan buscado otras posibilidades desde el punto de vista arqueológico.
Teoría de las rampas
De la egiptología del XIX se heredó la teoría del empleo de miles de esclavos que arrastraban grandes bloques de piedra bajo el ardiente sol del desierto. Hoy todos los investigadores rechazan esta hipótesis, que está condicionada por la visión bíblica de la expulsión de los judíos de Egipto. Se sabe que los obreros eran personas cualificadas y bien alimentadas que vivían en una ciudad construida para albergarlos cerca de la necrópolis de Giza, junto a las pirámides. Pero, ¿cómo las levantaron?
Para nivelar el suelo probablemente emplearan canalizaciones de agua, tal y como se desprende del análisis de algunos restos hallados junto a la pirámide de Kefrén, en Giza. Prácticamente todas las teorías que hoy se barajan para explicar la construcción de las pirámides hablan del empleo de rampas para arrastrar las piedras. Los egipcios no usaron la rueda hasta casi mil años después de Keops, por lo que el traslado de las enormes moles de piedra debió de realizarse por medio de trineos (de los que se han conservado ejemplos y pruebas en varios relieves) o arrastrándolas sobre rodillos de madera, una hipótesis prácticamente descartada.
El primero que habló de rampas fue Ludwing Borchardt (1863-1938). Este egiptólogo alemán, descubridor del célebre busto de Nefertiti, divulgó su hipótesis en el primer tercio del siglo XX, tras el sensacional hallazgo en la pirámide de Meidum de una rampa fabricada con piedra, adobe y arena. Borchardt dudaba si esta rampa se diseñó para desmontar la pirámide en una época muy posterior a su levantamiento con el fin de reutilizar todas sus piedras labradas o si, por el contrario, fue utilizada en el momento de la construcción como una “pista” sobre la que se deslizaban las piedras hasta alcanzar la altura deseada.
Otros restos de rampas han aparecido después en distintas pirámides del Imperio Medio, como la de Sekhemkhet, sita en Sakkara, la de El Lisht, que se encuentra al sur de El Cairo, o la de Sinki, ubicada en Abydos, al norte de Luxor.
A partir de esta teoría se han desarrollado otras. Quizá la más conocida es la que lanzó hace cuatro décadas el arqueólogo estadounidense Dows Dunham. Este egiptólogo propuso que los antiguos egipcios construyeron cuatro rampas gigantescas confeccionadas con adobe y cascotes que partían de la base de las esquinas de la Gran Pirámide, sobre el pie rocoso de la meseta, y que iban ganando altura al tiempo que lo hacía el edificio. Tres de ellas servían para subir los materiales y la cuarta, para descender de vacío y no estorbar los trabajos en las restantes. Dunham hablaba de un número de obreros no superior a 2.500, cifra muy alejada de los 100.000 citados por Heródoto.
Una única rampa hacia el cielo
Una variante de la teoría de las cuatro rampas de Dunhan es la formulada por el egiptólogo estadounidense Mark Lehner (MÁS ALLÁ, 165), que se inclina por una sola rampa. Lehner cree que esta única rampa partía de una de las esquinas de la pirámide e iba ascendiendo, rodeando el edificio, hasta llegar a su cota más alta. Ésta es la hipótesis más aceptada en la actualidad por la comunidad científica.
Hace más de una década se descubrieron al sur de la Gran Pirámide los restos de una supuesta rampa, lo que vino a confirmar esta teoría. Pero la hipótesis de Lehner es algo más compleja que la simple propuesta de una rampa. Su exposición también abarca la estructura organizativa de los obreros. No en vano este egiptólogo excava desde la década de 1980 la ciudad de los constructores de Giza, un enclave que dispone de todas las infraestructuras básicas para cubrir las necesidades de unas 25.000 personas, justo el número de obreros que, según la mayoría de los expertos, participaron en la construcción de los monumentos de Giza a lo largo de varias generaciones.
Entre las teorías clásicas que se basan en el uso de las rampas existe una tercera variante, hoy prácticamente desechada. Se trata del uso de una única rampa situada frente a una de las caras de la pirámide por la que subían y bajaban al mismo tiempo los grupos de obreros y las piedras que debían ser colocadas. Pero esta posibilidad, defendida por Jean Philippe Lauer (1902-2000), uno de los más destacados expertos en pirámides, resulta muy improbable, ya que para alcanzar la altura de la Gran Pirámide la rampa tendría que haber tenido una longitud tal que la obligaría a salirse de la propia Meseta de Giza. Además, según Flinders Petrie (1853-1942), el padre de la arqueología moderna (MÁS ALLÁ, 193), la altura máxima de una rampa de estas características no podría superar los 100 m debido a que, rebasado este límite y teniendo en cuenta el peso de las piedras transportadas, se vendría abajo.
La construcción
Las pirámides muestran, para su época, el gran conocimiento de los técnicos egipcios y la capacidad organizativa necesaria para construir tales monumentos con medios muy simples; pero nada parece indicar que hiciera falta una tecnología superior a la que disponían los egipcios representada por "ingenios" de madera, trineos e, hipotéticamente, usando la rueda, en forma de rodillos de madera y rampas.
No se sabe con certeza cómo se construyeron las pirámides, pues no han perdurado documentos de su época que lo describan. Además, se utilizaron diversos materiales (piedra escuadrada, piedra sin tallar, adobe) y variadas técnicas en la construcción de sus núcleos (apilamiento de bloques, muros resistentes conformando espacios rellenos de cascotes, etc.).
La hipótesis más aceptada es la siguiente: previamente se procedía a aplanar el terreno rocoso, y excavar canales para inundarlos de agua y así poder marcar líneas de nivel con las que se preparaba una superficie horizontal. Después se rellenaban los surcos. A continuación se excavaba la cámara subterránea y se comenzaba la edificación. La mayoría de los bloques de piedra eran cortados en canteras próximas al lugar de construcción. Se transportaban otros de las canteras del sur del país con ayuda de gigantescas barcazas. Los bloques se colocaban a continuación sobre trineos y se arrastraban hasta su emplazamiento definitivo.
Teorías sobre quienes las construyeron
Existen distintas teorías acerca de quienes construyeron las pirámides. La más difundida de ellas cuenta que fueron construidas por miles de esclavos y esta leyenda aún se sigue contando a los turistas; incluso ha sido reflejada en algunas películas de Hollywood.
Zahi Hawass sostiene que fueron obreros y muy bien tratados. En una intensa investigación, Mark Lehner encontró muchos huesos de vaca en la calle principal de la ciudad, tantos como para darles de comer a miles de hombres durante casi un siglo. Además, también encontró miles de raspas de pescado. Supuso que además de carne de vaca también se les daba toneladas de pescado del Nilo.
Bueno gente, espero les interese este tema, ya que es parte de uno de los mas grandes misterios de todos.
Porque tanta coincidencia?