La parálisis del sueño es una condición en la que el individuo se encuentra consciente y despierto, pero es incapaz de moverse o hablar. Dicho fenómeno se manifiesta cuando la persona pisa la frontera entre las primeras etapas del despertar y el sueño final. Se trata de un trastorno similar al sonambulismo, pero difiere en el sentido de la inmovilidad involuntaria. La condición puede durar desde unos cuantos segundos hasta algunos minutos cuando el individuo consigue despertar por completo y tomar el control nuevamente.
Para algunas personas, es como estar despierto durante una pesadilla. Si alguna vez experimentaste la Parálisis del Sueño, seguramente comprenderás lo extraña que resulta esta situación. Un sinnúmero de mitos y leyendas han surgido por todo el mundo respecto a la parálisis del sueño. A lo largo de los siglos, los síntomas han sido descritos de muchas maneras y muchas veces atribuidos a la acción de seres malvados: entidades misteriosas y demoniacas en los tiempos antiguos, brujas capaces de realizar hechizos y maleficios en la Edad Media y más recientemente abducciones alienígenas.
Prácticamente todas las culturas a lo largo de la historia tienen leyendas respecto a criaturas sombrías que aterrorizan a los humanos cuando están dormidos. Las personas siempre buscaran explicaciones para las misteriosas parálisis y el recurrente sentimiento de terror que las acompañan.
Según las investigaciones, este extraño fenómeno tiende a ocurrir con mucha mayor frecuencia de lo que uno pudiera imaginarse, afectando a un gran número de personas. La gran mayoría, sin embargo, no recuerda la experiencia. Los científicos sugieran que es esencial examinar las causas y raíces de la parálisis del sueño desde un punto de vista científico y desde una perspectiva sociocultural a fin de comprender los factores que llevan a esta condición.
Durante una reunión realizada en 2012 por el Centro de Investigación del Sueño, organizada por el Profesor Cristopher French (una eminencia en cuando a Parálisis del Sueño se refiere) director del Departamento de Psicología de la Universidad de Londres, se discutieron los síntomas del trastorno.
La persona afectada por la parálisis del sueño presenta un estado de semi-conciencia en el que no es capaz de determinar si se encuentra dormida o despierta. Sería justo decir que se trata de una fase intermedia entre las dos condiciones. Inmediatamente, descubre que no tiene control sobre su sistema motor o de coordinación, y se ve totalmente incapaz de moverse. En este estado de indefensión y fragilidad, muchos hacen énfasis en la sensación de estar frente a una presencia desconocida. Es como si la persona fuera capaz de sentir que alguien está físicamente muy próximo, pero no es capaz de ver o tocar, para todos los efectos esta presencia es incorpórea e invisible. Los individuos tienen la certeza de que hay algo o alguien en la habitación con ellos y que la presencia de alguna forma es hostil. Algunos se refieren a esta presencia como algo maligno, simplemente como una fuerza perversa que existe para propagar el mal”, informa el profesor French.
Es muy común que en este estado de Parálisis del Sueño sucedan alucinaciones. Estas pueden ser visuales (la persona ve luces moviéndose por el cuarto, sobras oscuras, formas grotescas y monstruosas formándose en el aire), auditivas (escucha voces, pasos y ruidos extraños), olfativas (percibe olores extraños, olores fuertes y desagradables) y táctiles (la persona siente que está siendo tocada), como si existiera alguien muy cerca, a tal punto de sentir opresión sobre el cuerpo. Algunas veces existe una combinación de varios de estos elementos manifestándose de forma simultánea en una alucinación mayor.
La cineasta británicas Carla MacKinnon se interesó en el tema cuando ella misma comenzó a despertarse varias veces a la semana incapaz de moverse, siempre con la misma sensación de pavor causada por una presencia que se manifestaba en su habitación. “Sufrí episodios sucesivos de Parálisis del Sueño y me quedé muy interesada por lo que había sucedido, intenté recopilar información y testimonios para llegar a una comprensión médica de esto”.
La investigación de MacKinnon se transformó en un documental, mismo que patrocinó el Royal College of Arts de Londres, que llamó la atención del público frente a este extraño fenómeno.
En el documental, MacKinnon se entrevistó con varios psicólogos y expertos que ofrecieron sus opiniones sobre el tema y pudieron compartir sus propias experiencias.
“Miré mi mano e intenté moverla. Yo lo ordenaba, pero el miembro simplemente permanecía inmóvil. Cuando intenté rodar hacia un lado, o sentarme, mi cuerpo parecía entorpecido. No sentía nada, pero era consciente de lo que estaba sucediendo a mí alrededor. Podía ver a mi marido durmiendo tranquilamente, pero no podía pedirle ayuda. Me asusté, pensando que estaba sufriendo un derrame cerebral. Mi cuerpo era una cascara, no tenía control sobre él. Entonces deje de luchar, quería pedir ayuda, pero la voz no salía. Fue cuando llegó aquella abrumadora intuición, como si algo estuviera presionando mi pecho, una presencia física y omnipresente”, cuenta Carla en el documental.
“Era como si estuviese alguien allí, conmigo. Una figura oscura, siniestra, simplemente aterradora. No vi los detalles de su apariencia, ya que la habitación estaba muy oscura, pero podía sentir su peso encima de mí, con sus manos frías sobre mi cuello y un desagradable olor a fruta podrida. Era una pesadilla terrible y consciente que sólo duró unos minutos, pero parecía extenderse por horas”.
Otro testigo que aceptó hablar sobre su experiencia con la Parálisis del Sueño en el documental fue el estudiante universitario Peter Moore que sufre de la condición desde los trece años de edad. Él ya se ha despertado varias veces siendo incapaz de moverse y con una fuerte sensación de opresión con alguna cosa pesada sobre su pecho, dificultándole mucho el simple hecho de respirar. Peter aceptó ser hipnotizado a fin de describir lo que lo afectaba. Él relató un episodio especialmente terrorífico en que un enorme gato negro se sentaba sobre su pecho para morder su rostro.
Peter fue capaz de describir los detalles de la habitación que ocupaba cuando vivía con sus padres y explicó que su cuerpo estaba totalmente inmovilizado, apenas siendo capaz de mover los ojos de un lado a otro. Lo más terrible en su visión era la descripción del felino, un gato cuya cabeza era un cráneo blanco devorado por gusanos que silbaban de forma amenazadora. Durante la sesión de hipnosis, la agonía de Peter era tanta que luego de despertarse, la primera cosa que hizo fue lanzar un puñete al aire y ponerse de pie. La pesadilla de Peter encontró un eco en una fobia crónica hacia los felinos.
Otra víctima de la Parálisis del Sueño, el neurocientífico Paul Brooks, pasó a dedicar su estudio al trastorno como una forma de apaciguar sus recurrentes pesadillas:
“Hoy reconozco que sufría de sueños lúcidos, un estado alucinatorio delimitado por las tierras profundas del mundo onírico. Cuando la mente se encuentra en un estado de alerta, pero el cuerpo se queda atrapado por la parálisis del sueño, sucede una intersección entre la realidad y el sueño. Es algo aterrador, inexplicable. No consigues respirar, no puedes moverte, hablar o gritar para pedir ayuda. Es como estar atrapado frente a un animal salvaje que poco a poco se aproxima para atacar. Desperté varias veces cubierto de sudor y lágrimas. En una ocasión, mi esposa tuvo que echar agua en mi cara para que pudiera tranquilizarme. Es algo muy preocupante”, dijo el Dr. Brooks sobre sus experiencias.
Como mencionamos con anterioridad, es muy común que las personas que sufren de Parálisis del Sueño tengan encuentros inexplicables con criaturas sobrenaturales, ya sean demonios, seres monstruosos, brujas y hasta extraterrestres realizando cirugías experimentales.
“Son comunes las imágenes de personas con barba, duendes, de demonios riendo y monstruos susurrando en lenguas desconocidas, de figuras sin rostro, animales horribles, insectos y otras cosas repugnantes. Estas alucinaciones creadas por la mente son increíblemente reales. Hay muchas descripciones de víctimas de la parálisis del sueño que refieren a criaturas de la ficción y personajes del cine”.
El Dr. Brooks relató que sus episodios de Parálisis del Sueño involucraban una figura totalmente oscura. “Parecía un tipo de demonio medieval o una gárgola, en cuclillas y con joroba que hacía guardia al pie de mi cama, meciéndose de atrás hacia adelante. En ocasiones, abría su boca y una humareda gris surgía de sus entrañas. Podía sentir el movimiento de la cama, lo escuchaba claramente e incluso podría percibir el olor de su aliento. La experiencia duraba algunos minutos y después desaparecía súbitamente”.
Con descripciones como esa, no es de sorprender que muchas veces estos episodios terminen siendo interpretado como el ataque de una entidad demoniaca. Sin embargo, los especialistas tienen una explicación científica sobre como sucede este trastorno:
Durante el sueño normal, el cerebro y el cuerpo pasan por cuatro estados de relajación durante el cual los índices fisiológicos como la actividad cerebral, la pulsación cardiaca y la respiración disminuyen significativamente. El individuo entra en un estado de sueño profundo llamado sueño REM (cuando los parpados se mueven de un lado a otro durante el sueño).
El ciclo entero lleva entre 90 y 100 minutos y se repite a lo largo de todo el reposo. Los sueños pueden ocurrir durante todas las fases, pero los sueños más vividos, que parecen reales, tienden a ocurrir cuando el individuo se encuentra en la fase REM.
Durante ese periodo, los músculos del cuerpo son paralizados, supuestamente para impedir la acción del soñador de caminar, hablar y moverse. Es un tipo de defensa corporal, que en los sonámbulos puede fallar. Durante los episodios de parálisis del sueño, alguna cosa en el proceso se sale de control, y el estado de inmovilidad permanece aun cuando el individuo se encuentra despierto, generalmente por algunos segundos o máximo algunos minutos. Si eso no fuera lo suficientemente aterrador, en algunos casos (no en todos, es importante puntualizar), la mezcla del estado de consciencia y sueño puede resultar en alucinaciones extrañas.
Un 5% de las personas que sufren de parálisis del sueño describe los síntomas asociados a esta, la fuerte sensación de que existe una presencia próxima, la dificultar para respirar, un miedo intenso y varios tipos de alucinaciones. Aunque los especialistas aún no saben cuál factor torna a una persona más propensa a sufrir de estas pesadillas, se sabe que algunos individuos tienen una propensión a este tipo de trastorno que los acompaña a lo largo de toda la vida.
Las personas que sufren del mal pueden ser aterrorizadas por manifestaciones ilusorias que no necesariamente involucran algo paranormal, algunas veces es posible imaginar la presencia de un ladrón, de un asesino o de un violador. De cualquier forma la experiencia puede ser extremadamente traumática.
Es posible que la sensación de terror sea consecuencia de una activación de la amígdala, la glándula cerebral responsable por los estímulos de percepción que identificamos como amenazas y terrores cotidianos.
Uno de los aspectos más fascinantes respecto a la Parálisis del Sueño se refiere a las distintas modalidades de experiencias descritas en diferentes culturas. Durante la Edad Media, episodios coincidentes con la parálisis del sueño eran tratados como visitas nocturnas de brujas, animas de los familiares y entidades demoníacas impulsadas por un deseo sexual.
Aun en nuestros días, muchas sociedades interpretan estas experiencias en términos sobrenaturales tomando como base el folclore y las creencias enraizadas en la sociedad donde viven. En Canadá, la creencia en la “Vieja Bruja” que se sienta sobre el pecho de las personas que duermen tranquilamente para sofocarlas es bastante conocida. En el folclore japonés existe la figura del kanashibari, un tipo de demonio nocturno que paraliza a sus víctimas y les roba la respiración. En México existe “la subida del muerto”, donde supuestamente el alma de un fallecido se sitúa sobre la persona que duerme paralizándola para intentar sofocarla.
Los estudiosos de este trastorno tienen interés en definir cómo es que las creencias tienden a afecta la interpretación en términos sobrenaturales de los individuos que sufren de parálisis del sueño. Cómo es que la mente de cada individuo da forma a una alucinación especifica. En ese contexto, la parálisis del sueño ofrece una oportunidad casi única de estudiar la reciprocidad entre biología y cultura.
Se estima que millones de personas en el mundo sufren de parálisis del sueño, un mal considerado una enfermedad moderadamente grave del sueño. Muchas personas no recuerdan sus pesadillas despiertas, afortunadamente se olvidan de ellas al momento en que despiertan por completo, pero continúan con la sensación de falta de aire y temor. Otros se rehúsan a hablar sobre el tema o intentan controlarse con tranquilizantes, drogas o alcohol.
Las personas que sufren episodios recurrentes de parálisis del sueño, evitan contar sus experiencias por temor a ser ridiculizadas o tachadas de “locas”. Eso puede llevar a un aislamiento social, paranoia, insomnio y varias otras enfermedades relacionadas con la fatiga física y nerviosa.