miércoles, 27 de agosto de 2014

Un objeto deja un cráter del tamaño de la tierra tras impactar en Júpiter.

Esta mañana me desayuné con esta notícia en la que se cuenta que un cometa del tamaño de la tierra impactó contra Júpiter hace unos días. Lo que más me ha sorprendido es que fuera un aficionado el que captara el impacto y que todo el despligue de “vigilancia espacial” que tenemos montado en nuestro planeta, ni tan siquiera se percatara de la presencia de este gigantesco artefacto. En medidas cósmicas, Júpiter está a un par de pasos de nuestro planeta… algún día se acabará nuestra suerte y alguna de estas pelotitas nos caerá sin que nos demos ni cuenta.


El impacto de un cuerpo cósmico contra Júpiter ha dejado una “cicatriz” de un diámetro similar a la Tierra sobre la superficie del planeta. El descubrimiento, realizado por un astrónomo aficionado en Australia, fue confirmado este martes por el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL), de la NASA.

Anthony Wesley, programador informático de 44 años que vive en un pequeño pueblo a las afueras de Camberra, comunicó el hallazgo a la agencia norteamericana, que lo verificó usando su telescopio de infrarrojos situado en el monte Mauna Kea, en Hawai. Además, las imágenes mostraron un resplandor procedente del centro de la huella y escombros en su parte superior, así como el ascenso de partículas hacia la atmósfera superior del planeta y el calentamiento en la troposfera superior con una posible emisión de gases de amonio, según informó la NASA.

“Al principio pensé que se trataba de una simple tormenta polar, sin embargo, a medida que el planeta giraba pude ver que se trataba de un punto negro”, explicó Wesley en su blog. “Pensé que se trataba de una luna (como Calisto), o de la sombra de una luna, pero el tamaño y el lugar no coincidía”.

Según declaró al diario ‘The Guardian’, Wesley se encontraba viendo el final del Abieto Británico y el encuentro de cricket entre Australia en Inglaterra en el momento del hallazgo. “Estuve fotografiando Júpiter hasta la medianoche, y pensé en recoger y entrar a ver el Golf y el cricket, pero al final sólo me tomé un descanso para ver a Tom Watson hacer historia”, aseguró.

Consecuencias:

La presencia de objetos de esta magnitud dentro del Sistema Solar abre interrogantes sobre las posibilidades de un acontecimiento así en nuestro planeta. “Un impacto así en la superficie de la Tierra significaría la devastación global”, explica Javier Armentia, director del Planetario de Pamplona.

También suscita dudas sobre la ausencia de métodos para la detección de cuerpos cósmicos capaces causar consecuencias catastróficas en la Tierra. “Es habitual que los cometas los encuentren los aficionados”, señala Jacobo Aguirre, doctor en física e investigador del Centro de Astrobiología CSIC-INTA, “son los únicos que tienen tiempo para estar constantemente vigilando el cielo en busca de cambios”.

Sin embargo, los expertos coinciden en que un planeta del tamaño de Júpiter no sufrirá grandes cambios, como ya se comprobó en 1994 con los efectos del cometa Shoemaker-Levy “Júpiter tiene tal tamaño que es capaz de asumir un impacto así”, afirmó Armentia. “La velocidad que adquiere el objeto y la energía que libera es tal que crea un vórtice dentro de su atmósfera, que está formada sobre todo de hidrógeno y helio”. El responsable del planetario navarro aseguró que el sistema general de vientos del planeta debería ser capaz de asumir los cambios pasados unos meses.

En el aniversario del Apolo 11

Llama la atención que el descubrimiento coincida con el día en que se cumplían 15 años del cometa Shoemaker-Levy y el 40 aniversario de la llegada del primer hombre a la Luna.”Tuvimos la extraordinaria suerte de mirar a Júpiter en el momento preciso, la hora precisa para presenciar el evento. No pudimos haberlo planificado mejor”, dijo Glenn Orton, científico de JPL. “Podría ser el impacto de un cometa, pero todavía no estamos seguros”, señaló el científico.

“Es asombroso que (el descubrimiento) haya ocurrido en los aniversarios de Shoemaker-Levy y Apolo 11″, agregó Orton. El Shoemaker-Levy 9 fue un cometa que se desintegró en millones de pedazos antes de impactar en Júpiter en 1994.

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