"Los biólogos estamos muy pendientes de la nueva isla de Nishinoshima, porque nos permite observar el punto de arranque de la evolución", dice Naoki Kachi, profesor de la Universidad Metropolitana de Tokio, citado por la cadena australiana ABC.
Actualmente la isla, que hasta ahora ha alcanzado una superficie de casi 2,5 kilómetros cuadrados, está absolutamente desierta. Está compuesta casi exclusivamente de roca formada por el enfriamiento de la lava.
No obstante, según los científicos tarde o temprano la vida bullirá en la isla. Primero aparecerán las plantas, arrastradas por las corrientes oceánicas o adheridas a las patas de las aves. La vida vegetal, a su vez, podría provocar la llegada de animales y de esa manera convertir la isla en 'un laboratorio natural' en el océano Pacífico.
Además, las plantas deberían atraer a las aves marinas, que podrían utilizar la isla para descansar. Sus excrementos, junto con las plumas caídas y cadáveres en descomposición, con el tiempo formarán un suelo rico en nutrientes para las semillas llevadas por el viento.
Fuente: http://actualidad.rt.com/
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