viernes, 15 de agosto de 2014

Fue encontrado antiguo reactor nuclear de hace 2 mil millones años



En mayo de 1972 un trabajador en una planta de procesamiento de combustible nuclear en Francia notó algo sospechoso. Él había llevado a cabo un análisis de rutina de uranio procedente de una fuente de mineral aparentemente normal. 


Como es el caso con todo el uranio natural, el material en estudio contenía tres isotopos— es decir, tres formas con diferentes masas atómicas: uranio 238, la variedad más abundante; uranio 234, el más raro; y el uranio 235, el isótopo que es codiciado porque puede mantener una reacción nuclear en cadena

En otras partes de la corteza terrestre, en la Luna e incluso en los meteoritos, los átomos de uranio 235 conforman solo el 0,720 por ciento del total. Pero en estas muestras, que venían del depósito de Oklo en Gabón (una ex colonia francesa en el África Occidental ecuatorial), el uranio 235 constituía sólo el 0,717 por ciento. Esa pequeña diferencia fue suficiente para alertar a los científicos franceses que algo extraño había sucedido. Análisis posteriores mostraron que el mineral de al menos una parte de la mina estaba muy por debajo de la cantidad normal de uranio 235: unos 200 kilogramos parecían haber sido extraídos - suficiente como para hacer media docena de bombas nucleares.

Científicos de todo el mundo se reunieron en Gabón para explorar este fenómeno. Ellos encontraron que el sitio donde se encontró el uranio es un reactor nuclear subterráneo muy técnico más allá de las capacidades de nuestro conocimiento científico actual. Este reactor nuclear surgió hace 1,8 mil millones años y estuvo en funcionamiento durante unos 500.000 años. 
Los científicos investigaron la mina de uranio y los resultados se hicieron público en una conferencia de la Agencia Internacional de Energía Atómica. Los científicos encontraron restos de productos de la fisión y desechos de combustible en varios lugares dentro del área de la mina.

En comparación con este enorme reactor nuclear, nuestros reactores nucleares actuales son mucho menos impresionante, meros aparatos primitivos. Los estudios indican que el reactor nuclear de la mina de uranio era de varios kilómetros de longitud. Sin embargo, para un gran reactor nuclear de esta índole, el impacto térmico con su entorno se limitaba a solo 40 metros (unos 131 pies) en todos los lados. Aún más asombroso, los residuos radioactivos aún no han migrado fuera del sitio de la mina. Se mantienen en su lugar por la geología de la zona.

Es necesario comprender que, lo que era tan increíble para todos, era que una reacción nuclear se había producido tal que el plutonio (un subproducto) fue creado y que la propia reacción nuclear se había "moderado", lo que ha sido por un largo tiempo el "santo grial" de la ciencia atómica

La habilidad para moderar la reacción significa que una vez se ha inició una reacción, uno era capaz de aprovechar la potencia de salida de una manera controlada, incluyendo el tener la habilidad para evitar la explosión y la liberación de toda la energía de una solo vez.


Frente a estos resultados, la comunidad científica considera que la mina es un reactor nuclear "natural". Ellos llegaron a la conclusión de que el mineral se habría enriquecido hace bastante, 1,8 mil millones años, para producir espontáneamente una reacción en cadena. Concluyeron además que el agua había moderado la reacción al igual que los reactores nucleares modernos utilizan varillas de grafito y cadmio para que sus reactores no vayan al estado críticoAdemás, varios especialistas en ingeniería de reactores comentaron que en ningún momento en la historia geológicamente estimada de los depósitos de Oklo fue el mineral de uranio suficientemente rico en U-235 como para que una reacción natural haya tenido lugar.

Incluso cuando los depósitos se formaron primero, debido a la lentitud de la desintegración radiactiva del U-235, el material fisionable habría constituido sólo el 3 por ciento de los depósitos — un nivel demasiado bajo para una reacción nuclear. Sin embargo, una reacción tuvo lugar, lo que sugiere que el uranio original, era mucho más rica en U-235 que una formación natural pudiera haber sido.

Si la naturaleza no fue la responsable, entonces la reacción debe haber sido producido artificialmente. ¿Es el uranio de Oklo el residuo de un reactor antediluviano de una civilización prehistórica?  Es probable que hace aproximadamente dos mil millones años hubo una civilización avanzada en Oklo (que quizás no era de este planeta) que era tecnológicamente superior a la civilización de hoy. y explosionen.



Sin embargo, el Dr. Glenn T. Seaborg, ex jefe de la Comisión de Energía Atómica de los Estados Unidos y Premio Nobel por su trabajo en la síntesis de elementos pesados, señaló que "para que el uranio se 'queme' en una reacción, las condiciones deben ser exactamente correctas. Es necesario agua o algún otro moderador para frenar los neutrones liberados mientras que cada átomo es dividido de modo que no se estén moviendo demasiado rápido como para ser absorbidos por otros átomos, manteniendo la reacción en cadena. Por otra parte, el moderador y el combustible deben ser extremadamente puros. Incluso unas pocas partes por millón de contaminantes, como el boro, 'envenenarán' la reacción, llevándola a un punto de interrupción. ¿Cómo podrían surgir las condiciones necesarias bajo tierra en circunstancias naturales?", dijo Seaborg en la revista Time en 1972.

Aparecen Fosos Gigantes En Siberia


Científicos han descubierto un segundo cráter gigante en Siberia de procedencia desconocida, y advierten que podrían aparecer más, lo que podria suponer una amenaza para los pueblos locales.

El segundo foso, llamado por los científicos el “cráter de explosión de gas”, apareció hace menos de un año a 350 kilómetros del primero y cuenta con un diámetro cuatro veces menor: 15 metros, según los pobladores locales. Los científicos aún no han alcanzado el foso, así que no cuentan con estimaciones sobre su profundidad.

La explicación más fiable sobre su procedencia radica en el deshielo de la congelación “perpetua” en la región, y en la presión de los gases contenidos en una reserva subterránea, que habría hecho “explotar” la capa de la tierra, que a su vez se volvió menos gruesa. El deshielo puede ser causado por el calentamiento global, o por el propio gas, cuya temperatura promedia es de 30 grados Celsius.

Explosiones parecidas pneumáticas (sin fuego) de gas subterráneo ocurrían también hace 10.000 años cuando el clima era más cálido, pero los científicos aún no pueden explicar con precisión qué causa estas explosiones ahora, que puedan seguir produciéndose sin depender de los cambios climáticos. “Es algo nuevo, por eso, de verdad, es algo frustrante”, confiesa a la revista ‘Ogoniok’ la investigadora Marina Leibman, del sector siberiano de la Academia de Ciencias de Rusia.

El primer cráter apareció a menos de 30 kilómetros de un poblado de obreros de la industria petrolera y del gas, mientras que el segundo fue hallado a 90 kilómetros del pueblo Antipayuta, con una población de unas 3.000 personas. No existen garantías de que el siguiente cráter no surja en alguna zona habitada. Los científicos no producirán más explosiones. Según Marina Leibman, por el momento los investigadores conocen 3 ó 4 cráteres similares relativamente unos cerca de otros. “En cuando entendamos en qué condiciones suceden las explosiones, podremos hacer un mapa de los lugares potencialmente peligrosos”

¿Hay vida después de la muerte?


El científico estadounidense Robert Lanza afirma que tiene pruebas definitivas para confirmar que la vida después de la muerte existe y que de hecho la muerte, por su parte, no existe de la manera en la que la percibimos.


Después de la muerte de su viejo amigo, Albert Einstein dijo: "Ahora Besso se ha ido de este extraño mundo un poco por delante de mí. Eso no significa nada. La gente como nosotros  sabe que la distinción entre el pasado, el presente y el futuro es solo una ilusión obstinadamente persistente." Nuevas pruebas continúan sugiriendo que Einstein tenía toda la razón al decir que la muerte no es más que una ilusión. 

Lanza opina que la respuesta a la pregunta '¿Qué hay más allá de la muerte?', sobre la que los filósofos llevan siglos reflexionado radica en la física cuántica, y en concreto en la nueva teoría del biocentrismo. Según el científico, de la Escuela de Medicina de la Universidad Wake Forest (Wake Forest University School of Medicine), en Carolina del Norte, la solución a esa cuestión eterna consiste en la idea de que el concepto de la muerte es un mero producto de nuestra conciencia.


El profesor afirma que el biocentrismo explica que el universo solo existe debido a la conciencia de un individuo sobre él mismo. Lo mismo sucede con los conceptos de espacio y tiempo, que Lanza describe como "meros instrumentos de la mente", publica el periódico británico 'The Independent'.

En un mensaje publicado en el sitio web del científico, Lanza explica que con esta teoría el concepto de la muerte como la conocemos "no existe en ningún sentido real", ya que no hay verdaderos límites según los cuales se pueda definir.



"Esencialmente, la idea de morir es algo que siempre se nos ha enseñado a aceptar, pero en realidad solo existe en nuestras mentes", opina Lanza. Asimismo, evidentemente, creemos en la muerte porque nos asociamos con nuestro cuerpo y sabemos que los cuerpos físicos mueren.

Nuestra manera clásica de pensar se basa en la creencia de que el mundo tiene una existencia objetiva independiente de un observador. Pero una larga lista de experimentos demuestra todo lo contrario. El nuevo biocentrismo, la teoría elaborada por el científico, supone que la muerte no puede ser un evento terminal, tal y como la solemos considerar.


Lanza indica también que el biocentrismo es similar a la idea de universos paralelos, la hipótesis formulada por físicos teóricos según la cual hay un número infinito de universos y todo lo que podría suceder ocurre en alguno de ellos. La muerte no existe en ningún sentido real en estos escenarios. Existen todos los universos posibles simultáneamente, independientemente de lo que ocurre en cualquiera de ellos, escribía Lanza en la revista 'Psychology Today'.
En términos de cómo afecta ese concepto a la vida después de la muerte, el profesor explica que, cuando morimos, nuestra vida se convierte en una "flor perenne que vuelve a florecer en el multiverso" y agrega que "la vida es una aventura que trasciende nuestra forma lineal ordinaria de pensar; сuando morimos, no lo hacemos según una matriz 

Hombre que le dio LIKE a todo lo que vio en facebook ¡el resultado es aterrador!


Tratar de saturar el algoritmo de Facebook convirtió el Feed de noticias de este hombre en el equivalente de un periódico que en lugar de noticias, mostrara únicamente publicidad: una pesadilla hacia la que lenta e inexorablemente parecen dirigirnos nuestras interacciones online


Matthew Honan, reportero de Wired, emprendió una investigación potencialmente suicida para sus propias redes sociales: durante 48 horas (según él, no pudo soportar más) dio Like a todas las publicaciones que aparecieron en sus Noticias de Facebook. No importa que se tratara de un bombardeo en Gaza repleto de propaganda pro-israelí, de un artículo sobre las vacas transgénicas o un mal chiste de un contacto con el que no habla desde la primaria: por 48 horas, Honan decidió que le gustaría todo lo que Facebook pusiera en su camino.¡Las consecuencias fueron desagradables!

Dar “Me gusta” es un acto económico
Los Likes son una nueva referencia métrica tanto de éxito individual como corporativo: las campañas de publicidad y su penetración en las redes sociales cuentan solamente con este acto solitario de solidaridad (el Like) para medir qué tan bien funcionan sus estrategias de comunicación.

En otras palabras, los Likes no son solamente un gesto de aprobación de cosas que efectivamente nos gustan, sino que tienen consecuencias económicas importantes para las empresas y marcas; es por eso que se pelean desesperadamente nuestros pulgares arriba.

¿Pero cómo se comporta el algoritmo de Facebook cuando comienzas a comportarte como un ser inseguro que miente y afirma que le gustan cosas que no le gustan? Comienzas a comportarte como un robot; y los robots lo notan, haciéndote parte de ellos.

Y es que según Honan:

Facebook utiliza algoritmos para decidir qué mostrar en tus noticias. No es solamente un desfile de actualizaciones secuenciales de tus amigos y de cosas por las que has expresado algún interés. En el 2014, el News Feed es una presentación curatorial estilizada, que se te entrega según una complicada fórmula basada en las acciones que realizas en el sitio y a través de la red.

La meta de Honan era tratar de ver qué pasaba con este algoritmo cuando el usuario parecía gustar de todo absolutamente, “como si le dijera continuamente ‘muy bien, robot, me gusta esto’”.

Antes de las primeras 24 horas, Honan notó las primeras consecuencias. De hecho, “luego de revisar y dar Like a un montón de cosas en el curso de la primera hora, ya no habían seres humanos en mis noticias. Todo se volvió marcas y sus mensajes, en lugar de humanos y sus mensajes.”

La secuencia con la que aparecían los posts después de las primeras 24 horas fue esta:

Huffington Post, Upworthy, Huffington Post, Upworthy, un comercial de Levi’s, Space.com, Huffington Post, Upworthy, The Verge, Huffington Post, Space.com, Upworthy, Space.com.


“los robots de Facebook decidieron que la manera de conservar mi atención era esconder a toda la gente y mostrarme solamente las cosas que otras máquinas hacían. Extraño.”

Las consecuencias propiamente “sociales” (es decir, de interacciones propiamente humanas, en un sentido que tal vez en 2014 ya sea anacrónico), fueron que los amigos de Honan comenzaron a quejarse con él o preguntarle si había sido hackeado, pues sus Noticias estaban llenas de cosas a las que que Honan había dado Like.


“Al darle Like a todo, convertí mi Facebook en un lugar donde no había nada que me gustara.”

El botón “Me Gusta” probablemente será recordado por las generaciones futuras como un acuerdo civilizatorio que le quitó a los humanos la responsabilidad sobre sus gustos individuales en favor de las máquinas; la historia de Honan es solamente un experimento inofensivo de lo que podrían convertirse las interacciones sociales en un futuro cercano, si dejamos que nuestra actividad online se vuelva una serie de automatismos inconscientes.